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29 de diciembre de 2009

DOWLAND, Come again - Sting y E. Karamazov


 
John Dowland (Irlanda, 1563-1626) fue un laudista, cantante y compositor británico nacido en Dublín, Irlanda. Fue casi contemporáneo a Shakespeare, y uno de los más grandes músicos renacentistas. Trabajó como músico en París, en Alemania, en la corte de Dinamarca y en la de Inglaterra. Se especializó en las canciones con acompañamiento de laúd: Su First Book of Songs or Ayres (1597) conoció un éxito enorme.

A mí me parece que la idea de Sting, cuando afirma que Dowland hace canciones pop (melodía, armonía, acompañamiento, tema) en el siglo XVII no es muy descabellada, aunque el hecho de que trabajara para dos reyes distintos quiere decir que el compositor no era cualquier mindundi: su música era muy valorada, su talento reconocido y su arte atemporal, al contrario que cierta música actual.

Sting, el cantante y alma de The Police, publicó en 2.007 Songs from the Labyrinth. El disco fue producido por Deutsche Grammophon, lo cual quiere decir que Sting se tomó la empresa en serio. Incluso se hizo fabricar un laúd a medida, aprendió a tocarlo y se alió con el laudista bosnio Edin Karamazov. A mí me gusta mucho.

 
John Dowland compuso 87 canciones para voz o coro y laúd. Ésta es especialmente bonita, y se aleja un poco de la tradicional melancolía de Dowland (semper Dowland, semper dolens), tan de moda en el Renacimiento. Esta canción se publicó en 1.597.

La canción está escrita para cuatro voces (bajo, tenor, alto y soprano) y laúd, pero la interpretación de Sting se fija sólo en la voz más aguda, la del soprano, pero transportada a una tesitura más grave.



La pieza comienza con el acorde principal, Sol mayor, una tonalidad de emociones gentiles y pacíficas. En esta época se abandonan los modos, más flexibles y laxos, en virtud de la fortaleza de la modalidad mayor y menor. Teniendo en cuenta que el tono principal de esta partitura es Sol, podríamos hablar del modo Mixolidio, que tiene su finalis en esta altura, pero dado que la pieza nos ofrece multitud de cadencias y ataques en la dominante (el V grado de Sol, es decir, Re) podemos concluir que la tonalidad ha desterrado la modalidad, y nos encontramos en Sol Mayor.



La melodía se desarrolla apoyada por los acordes arpegiados del laúd. En 46" se repite el Come again, con el mismo esquema melódico. En 1´28" (All the day) vuelve la melodía a reanudarse; en 2´09", All the night repite por cuarta vez la melodía, pero con un tempo mucho más reducido, y Sting prescinde del acompañamiento del laúd para cantar a capella.

El resultado es muy agradable...

Come again! sweet love doth now invite
Thy graces that refrain
To do me due delight,
To see, to hear, to touch, to kiss, to die,
With thee again in sweetest sympathy.
Come again! that I may cease to mourn
Through thy unkind disdain;
For now left and forlorn
I sit, I sigh, I weep, I faint, I die
In deadly pain and endless misery.
All the day the sun that lends me shine
By frowns doth cause me pine
And feeds me with delay;
Her smiles, my springs that makes my joy to grow,
Her frowns the winter of my woe.
All the night my sleeps are full of dreams,
My eyes are full of streams.
My heart takes no delight
To see the fruits and joys that some do find
And mark the stormes are me assign'd.
But alas, my faith is ever true,
Yet will she never rue
Nor yield me any grace;
Her Eyes of fire, her heart of flint is made,
Whom tears nor truth may once invade.
Gentle Love, draw forth thy wounding dart,
Thou canst not pierce her heart;

For I, that do approve
By sighs and tears more hot than are thy shafts

Do tempt while she for triumphs laughs.
Los embajadores, de Hans Holbein (1.533)

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